jueves. 25.04.2024

Viajar es uno de las actividades que más nos gusta hacer en nuestro tiempo de ocio, lástima que no podamos practicarlo tanto como quisiéramos.

 

La falta de tiempo en ocasiones nos imposibilita hacer las maletas y disfrutar de nuevas experiencias. Por ello, desde QdOcio os hemos preparado cinco alternativas para pasar un gran día.

Pocos kilómetros en la carretera y destinos donde hay mucho que ver. Además, son propuestas que podemos hacerlas con los más pequeños de la casa.

Escapadas que les enseñarán muchos de los tesoros que tenemos en Castilla-La Mancha...y que como auténticos viajeros sabrán traerse grandes recuerdos de todos ellos. 

 

1. Nacimiento del rio Mundo

En la comarca de la Sierra de Alcaraz, Riópar es un centro de atracción turística de gran belleza, donde encontramos la bonita subida al nacimiento del río Mundo, en el Parque Natural de los Calares del Río Mundo y de la Sima.

Un auténtico paraíso natural que presume de cascadas, y que suele estar incluidas entre las más bonitas de España. El agua irrumpe de una red de galerías y cuevas bajo tierra hasta encontrar su salida en la Cueva de los Chorros.

Se despeña por sus paredes rocosas en una caída de unos 100 metros de altura, que junto a otras tantas cascadas más pequeñas, hacen de este escondido rincón manchego, un espacio único.

Para iniciar esta excursión hay que desplazarse a unos ocho kilómetros de Riópar y, siguiendo las indicaciones, aparcar en la "explanada de los chorros". Recordar que hay límite de vehículos y podemos encontrarnos con largas colas en temporada alta.

Os recomendamos que la visita la hagáis en época de lluvias, primavera y con el deshielo de las montañas, así disfrutaréis mucho más del caudal de los chorros.

Pero para admirar la cascada en su máximo esplendor, el momento sería cuando se produce “el reventón”, que se origina en épocas de lluvias y en contadas ocasiones del año.

Una explosión inusitada de agua, y un espectáculo increíble para los afortunados visitantes. El ruido y la fuerza que genera este torrente, sencillamente impresionantes.

Un visita para los sentidos donde poder respirar naturaleza y traernos en la retina un espectáculo único que sorprenderá a los más pequeños.

 

2. Parque Nacional de Cabañeros

Cabañeros es mucho más que un parque nacional: es un lugar único en el mundo. Un lugar donde sobrevive intacto el gran bosque mediterráneo de Europa.

En él, el visitante aún puede verse rodeado de la fauna ibérica más amenazada, y ver fósiles de más de 500 millones de años de antigüedad.

Su excepcional conservación permite al visitante disfrutar de la gran reserva natural ibérica.

 

En él viven grandes mamíferos como la cabra montés, el águila imperial ibérica y el buitre negro, además de el ciervo ibérico.  Sus más de mil especies vegetales, sus fósiles del Ordovícico, y las cabañas de carboneros que dan nombre al parque son sólo una pequeña parte de su atractivo.

El Parque se encuentra al noroeste de la provincia de Ciudad Real, ocupando una zona del suroeste de la provincia de Toledo. 

Cualquier época del año es buena para acudir a Cabañeros, pero eso sí, es fundamental organizar el recorrido desde uno de los centros de visitantes

Un lugar ideal para una visita con niños, y para todos aquellos que quieran entrar en contacto con la Naturaleza en estado puro.

 

3. Los molinos de Campo de Criptana

Uno de los tesoros que han dado fama mundial a nuestra tierra, y más concretamente a Campo de Criptana son sus molinos de viento.

Un icono de Castilla La Mancha dentro del territorio nacional, y en muchas ocasiones de España en el Mundo. Estos molinos fueron fuente de inspiración para Miguel de Cervantes, que narró de forma magistral  la aventura más conocida de la literatura universal, la de Don Quijote contra los “Gigantes”.  

Los molinos de La Mancha

Campo de Criptana pasó a ser conocida como la localidad donde tuvo lugar tan imaginaria batalla, un escenario en el que el visitante podrá sentirse Quijote y luchar contra enemigos invisibles.

Entre el conjunto de molinos que encontramos en la Sierra de los Molinos, están los tres de la Península Ibérica que conservan la estructura y maquinaria original del siglo XVI, cuyos nombres son Infanto, Burleta y Sardinero, todos ellos aptos para moler el cereal como se hacía siglos atrás.  

Una visita de caballeros andantes con la que retroceder en la historia y elegir si Sancho o Quijote.

 

4. Serranía de Cuenca

Caminar por la Serranía de Cuenca es una de las experiencias que deberíamos hacer por lo menos una vez en la vida.

Un paseo irrepetible que te adentra en un lugar único y de gran belleza.

 

Al sur se forman las torcas, hundimientos naturales ocultos entre pinares que a menudo esconden lagunas de gran belleza.

Y en su aspecto han trabajado los ríos Júcar y Huécar  que con su fluir han tallado gargantas infinitas en la roca y han convertido la Serranía en un toda una galería paisajística sin igual.

Un recrearse ante tanto recurso natural de incalculable valor geológico, los “Tormagales” que parecen ciudades esculpidas, “Los Callejones” o la “Ciudad Encantada” de Valdecabras, las hoces y cañones...

La Serranía cuenta con una espesa capa de vegetación, pinares infinitos y variedades vegetales endémicas que recubren toda su riqueza rocosa.

Además, hay que señalar que su particular relieve se ha convertido en fiel protector de la fauna ibérica más apreciada.   

Buitres leonados, águilas reales, halcones peregrinos, aves rapaces como el azor,  el gavilán, mamíferos como la ardilla roja, jabalí, corzo, ciervo o el zorro...se encuentran en la Serranía.

Un paraje natural que se muestra en su máximo esplendor. Un placer para los sentidos. 

Una aventura para grandes y pequeños, donde sentirse libre y dejarse llevar por su increíble belleza natural.

 

5. Lagunas de Ruidera

En el límite de las provincias de Albacete y Ciudad Real, encontramos las Lagunas de Ruidera, un bellísimo oasis en pleno Campo de Montiel, donde sus dieciséis lagunas dan vida a tan singular paraje.

Lagunas de Ruidera un paraje increíble que visitar con peques

Éstas, escalonadamente, forman cascadas y torrentes que van desde los primeros manantiales que emanan en la laguna Blanca hasta llegar a las lagunas bajas y el Pantano de Peñarroya.

Cuando la lluvia hacía acto de presencia, en primavera el exuberante colorido de una abundante y variada vegetación, les hacía recibir un gran número de aves acuáticas.

Esa era la época donde su caudal alcanzaba su máximo y lo hacía fluir de una laguna a otra formando en algunos puntos pequeñas cascadas. Lástima que las lluvias no nos acompañen...

En el punto más alto del Parque Natural encontramos el Castillo de Rochafrida y la Cueva de Montesinos.

Este último a 80 metros de profundidad es uno de los lugares más míticos dentro de las peripecias de Don Quijote de la Mancha, pues fue ahí donde sufrió el encantamiento más intenso y famoso de la literatura universal.  

Un lugar en el que perderse y poder desconectar, donde disfrutar de la tranquilidad y de la belleza tan particular con la que las lagunas nos reciben….

¿Te ha gustado el plan? Me alegro...si quieres alguno más aquí te dejamos unos enlaces:

- 5 museos que no te puedes perder en la provincia de Ciudad Real

- De ruta por los Castillos de la provincia de Ciudad Real

-Valdepeñas, el arte a pie de calle