jueves. 28.03.2024

El Carnaval es la fiesta que quizá más gente congrega a lo largo de todo el mundo, y hoy te vamos a contar cuáles son sus orígenes. 

Una fiesta con tintes, tanto paganos como religiosos, y que está llena de diversión y desenfreno.

Aunque en cada lugar del globo en el que se celebra tiene matices distintos, todos los carnavales tiene características comunes como son la música, la diversión y los disfraces.

El colorido y sabroso Carnaval de Rio de Janeiro tiene el record de ser el más multitudinario.

A ritmo de samba, millones de brasileños viven el carnaval en todas las calles de la ciudad.

En Venecia nos encontramos con el Carnaval elegante y misterioso, donde miles de personas lucen ricos disfraces de época y con inmaculadas máscaras blancas.

Recorren las calles de la ciudad flotante y bailan, hasta el amanecer, en interminables bailes de disfraces.

Todo ello, por supuesto, rodeado de un ejército de turistas, cámara en mano.

No te apures, que no me dejo los grandes carnavales de nuestro país, el Carnaval de Cádiz, divertido, y satírico con sus murgas y chirigotas.

Los vistosos Carnavales de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, que llenan de vida, fiesta y color los días de febrero o marzo según el año, para disfrute de todos los que se acercan a visitarlos.

Y, cómo no, nuestros favoritos, los de La Mancha, entre los que podemos destacar el de Herencia, Alcázar de San Juan, La Roda...y un largo etcétera, pero de ellos hablaremos otro día. 

El carnaval y su origen

¿Sabes cual es el origen de la palabra carnaval?

Hay diversas teorías sobre la etimología de la palabra carnaval, pero está generalmente aceptado que su significado deriva del término carnevale, que significa dejar la carne.

Hace referencia a la prohibición de comer carne en la época de Cuaresma que se celebra inmediatamente después de los carnavales.

Durante los días previos al inicio de la Cuaresma, el Miércoles de Ceniza, además de los bailes y festejos, se celebraban grandes banquetes.

Parecía que había que comer tanta carne como fuera posible, ya que les esperaban cuarenta días de restricciones y ayunos impuestos por la Iglesia Católica.

Como origen de estos excesos de comida, también podría encontrarse la necesidad de consumir los alimentos más perecederos acumulados durante el invierno.

Con la llegada de la primavera y el ascenso de las temperaturas, corrían el riesgo de estropearse.

En cualquier caso, el carnaval es una fiesta de despedida, de despedida de los excesos, de la carne, de la permisividad más absoluta, frente a un periodo de prohibiciones y control, que se extendía hasta en lo que había que comer.

Es aquello de “que me quiten lo bailao”, y de lo de  “prohíbeme lo que quieras ahora, que ya llevo lo mío en el cuerpo”.

Posibles orígenes del Carnaval

El origen del Carnaval se remonta a muchos siglos atrás. De hecho se han encontrado vestigios de celebraciones con puntos en común hace más de 5000 años en la antigua Sumeria.

En Egipto, en la época de los faraones, también encontramos festividades parecidas celebradas en honor del dios toro Apis. Era la divinidad relacionada con la fertilidad de los rebaños

En la antigua Grecia también tenemos semejanzas con las fiestas en homenaje al dios Dionisos, dios de vino.

Pero es, sobre todo, en la antigua Roma donde podemos encontrar los antecedentes de la fiesta, tal y como la conocemos hoy.

Los romanos adoptaron las divinidades griegas y Dionisos pasó a convertirse en el dios romano Baco.

En su honor se celebraban grandes y fastuosas fiestas donde todo estaba permitido. Las bacanales eran motivo de descontrol, desenfreno y mucho vino.

Ante esta permisividad, algunos preferían ocultar su rostro para preservar su intimidad.

También los romanos celebraban las Saturnales, fiestas que festejaban en diciembre en honor del dios Baco, donde se celebraban bailes y había disfraces e intercambios de regalos.

¿Os resulta familiar? Claro, estas Saturnales pueden ser el germen de nuestra Navidad.

Esta fiesta era una celebración a medio camino entre eso, la Navidad y el Carnaval.

Pero si tenemos que poner un punto de partida al Carnaval, tal y como lo conocemos hoy en día, lo encontramos, sin duda, en Venecia en la Edad Media.

En esta época Venecia era una ciudad-estado, rica e influyente y que atraía a nobles y comerciantes de toda Europa.

Su poderosa flota naval y sus ricos comerciantes eran el reclamo perfecto para que gentes, de todo el mundo conocido, pasaran por allí.

El lema de esta fiesta es que todo estaba permitido, por unos momentos, y bajo el amparo de una máscara, todos, ricos y pobres, eran iguales.

Ocultos tras el disfraz, la gente del pueblo llano podía olvidar sus miserias y burlarse públicamente de ricos y poderosos, incluyendo en muchos caso a la Iglesia.

Del mismo modo, nobles e incluso príncipes, ataviados con máscaras y ocultos tras un disfraz, abandonaban, por unas horas, sus lujosos palacios para mezclarse con el pueblo llano.

Un momento para bailar y divertirse sin las encorsetadas normas de su condición.

El carnaval y lo más característico de esta fecha

¿Sabes qué es lo más característico del Carnaval?

Pero si tenemos que hablar de la característica principal del Carnaval es que ésta es una representación de lo pagano.

Para el cristiano del medievo en estas fechas y bajo el anonimato de un disfraz se celebraban desfiles, bailes, comilonas, ardían hogueras y se sacrificaban animales para atraer la fortuna.

Eran unos días de libertad absoluta, de crítica social, donde todo estaba permitido y hasta se podía hacer burla y ridiculizar a las más altas esferas del poder.

Como no podía ser de otra manera, este exceso de libertad o libertinaje pronto tuvo que ser controlado.

A partir de la Edad Media las celebraciones carnavaleras fueron prohibidas públicamente en muchos lugares.

Pero en ningún momento dejaron de celebrarse aunque si se contuvieron un poco, relegándose al ámbito doméstico o celebrando banquetes en las afueras de las ciudades.

Esta contención del Carnaval en toda su expresión se mantuvo hasta bien entrado el siglo pasado.

A partir de mediados del siglo XX, comenzaron a celebrarse los carnavales como los conocemos.

Y aunque hemos heredado y se han mantenido partes muy importantes de sus orígenes otras ha evolucionado con los tiempos.

Nos seguimos disfrazando, seguimos disfrutando a tope de la fiesta y el baile y por qué no, todavía hay quien utiliza el anonimato para reivindicaciones sociales o de cualquier tipo.

Y aunque las restricciones de Cuaresma ya no están tan extendidas y han quedado más en el ámbito personal, el Carnaval sigue siendo la gran fiesta de final del invierno.

Donde todos, pequeños y grandes,  y haga el frío que haga, nos echamos a la calle máscara en mano a decir aquello de “¿A que no conoces?”

Porque el Carnaval es fiesta, es baile, es diversión, es una excusa perfecta para ser, por unos momentos, aquello que te gustaría ser, o burlarte de aquello que te has cansado de ser.

Así que, ahora que sabes de dónde viene esta fiesta que gusta tanto a grandes y pequeños, ve preparando tu máscara, elige el mejor disfraz y da rienda suelta a tu imaginación.

Puedes optar por personajes de época, o por algún superhéroe de moda, o incluso si te apetece, algún político, que seguro necesita un repaso.

Recuerda TODO ESTA PERMITIDO, sobre todo la diversión.

Si para ti “La vida es un Carnaval” aquí te dejamos algunos enlaces para que disfrutes de uno de los más particulares carnavales de nuestra región.

- Nos vamos de Carnaval a Alcazar de San Juan

- Alcázar de San Juan y su desfile de carrozas

- Carnavalcazar. II Ciclalgata y Festival de Murgas

¿Sabes cuál es el origen del Carnaval?