jueves. 28.03.2024

¿Eres un amante de los Castillos? ¿te hubiese gustado vivir en épocas pasadas? Lamentablemente lo de volver a tiempos pasados es algo que no está en nuestra mano.

Lo de “teletransportarnos” es algo, que, al igual que tú, en alguna que otra ocasión si que nos hubiese venido bien, pero con el presente y el inmediato futuro tenemos bastante.

Lo que sí podemos hacer es proponerte un plan. Uno de los que nos gustan en QdOcio. 

Prepara la mochila, la cámara, ponte calzado cómodo, reúne a tu gente  y vente con nosotros, los Castillos de Ciudad Real te están esperando.

La mayoría de los castillos y fortalezas de la provincia de Ciudad Real, como en tantos otros lugares de España, tuvo su origen en los avatares de la Reconquista.

Durante los siglos X, XI y XII esta provincia vivió combates, batallas, luchas, tensiones...que quedarán para siempre en su historia y en el interior de todos ellos. 

Pues sin más dilación comenzamos con la visita….

1. El Castillo de Calatrava la Vieja, es la primera parada de nuestra ruta. Se trata de una de las imponentes ruinas de una ciudad fortificada, en medio de una llanura y junto al río Guadiana.  

Ubicado a cinco kilómetros al norte del municipio de Carrión de Calatrava, fue una fortaleza de gran valor estratégico, pues estaba situada en un importante cruce de caminos, por el que pasaba la vía principal entre Toledo y Córdoba, así como la que unía Mérida con Zaragoza.

El que lo visite podrá disfrutar de una ciudad islámica donde su sistema defensivo más importante fue el cauce del río, que convertía el lugar en una isla.

De ruta por los castillos de Ciudad Real

La muralla está rodeada de cuarenta y cuatro torres, y las singulares corachas, cuya función era abastecer de agua la ciudad si ésta era cercada.

El asentamiento se divide por una gran muralla en el alcázar y la medina. De las mezquitas, baños y comercios de la media, quedan restos de habitaciones y calles pavimentadas...mientras que en el alcázar se puede ver las ampliaciones islámicas, el ábside templario que se finalizó y la iglesia que aquí levantó la Encomienda de Calatrava.

En la actualidad este castillo forma parte del Parque Arqueológico de Calatrava la Vieja

 

2. El Sacro Convento de Calatrava la Nueva es nuestra segunda parada. Esta es la gran fortaleza de los caballeros calatravos, que fue clave en la última fase de la guerra de la reconquista de Andalucía contra los almohades y que fue defendida por ellos tras abandonar Calatrava la Vieja.

Lo que sobrecoge es su estampa, que impresiona sobre el cerro opuesto al que ocupa el Castillo de Salvatierra.

La particularidad de este castillo es que los monjes soldados calatravos construyeron las dependencias de un convento, con su iglesia, claustro...quedando restos de todo ello.

Pero si hay algo que se ha conservado perfectamente esa es la iglesia de estilo cisterciense de transición del románico al gótico.

Una escapada por los castillos de Ciudad Real

Su fachada occidental es imponente, con una austera portada de arcos apuntados y un enorme rosetón, abierto en tiempos de los Reyes Católicos.

Además el visitante podrá recorrer sus caminos, sus dependencias, como son los patios, las torres, escaleras...

Situado en el término municipal de Aldea del Rey, su historia parte de Calatrava la Vieja, conquistada en 1212 y abandonada por insalubre, y se convierte en fiel reflejo de la magnificencia constructiva de la Castilla Medieval.

En este lugar Los Reyes Católicos, Carlos I y Felipe II pasaron algunas temporadas. Durante muchos años fue uno de los lugares de España donde se podían admirar las reliquias de un pasado medieval glorioso.

3. El Castillo de Salvatierra, erigido en una colina cercana al de Calatrava, es nuestra tercera parada.

Su aspecto desolado actual engaña, pues en su época fue una gran fortaleza islámica construida entre los siglos X y XI. 

Tras la batalla de Alarcos, la Orden de Calatrava se lanzó a su conquista, consiguiéndolo y haciéndose fuertes en él hasta que en 1211 lo recuperaron los almohades, no volviendo a manos cristianas hasta el 1226.

Este castillo era el tercero en extensión de la provincia, tras los dos de Calatrava, con una extensión de 7.000 m2.

Contaba con cinco recintos defensivos. Actualmente, está muy dañado y de él, sobresale la antigua torre del Homenaje. Lo que sí hay que señalar es que Salvatierra es un excelente observatorio militar en el término municipal de Calzada de Calatrava.

 

4. El Castillo de San Fernando o de Doña Berenguela en Bolaños de Calatrava es el cuarto que podemos visitar en la provincia de Ciudad Real.

Este castillo es de los mejor conservados en Ciudad Real. La función de este castillo era defender la villa de los continuos ataques recibidos por parte de los musulmanes.

En manos de la Orden permaneció hasta el año 1544, fecha en la que fue abandonado. Su construcción cree que se hizo entre los siglos XII y XIII, siendo cedido por Doña Berenguela, madre de Fernando III el Santo, a la Orden de Calatrava.

Se dice y se comenta que en este castillo, nació el propio rey Fernando…

 

Si lo observamos podemos contemplar sus formas rotundas y hermosas, y su recinto murado es prácticamente un cuadrilátero con dos torreones, “Torre Prieta” y la otra es la del Homenaje, y en su sótano, la mazmorra.

Gracias al proyecto de restauración llevado a cabo por la Diputación de Ciudad Real, el castillo recuperó su esplendor inicial, y en la actualidad, en su interior se realizan actividades culturales y de ocio.

5. El Castillo de Peñarroya es la próxima fortaleza y la encontramos a 12 km de Argamasilla de Alba, en dirección a las Lagunas de Ruidera.

En el siglo XIV Peñarroya era, sin duda, la encomienda más importante de la Orden de San Juan desde el punto de vista económico.

Una fortaleza, situada estratégicamente sobre un acantilado, y que en la actualidad cuenta con un buen estado de conservación, presentado una torre del Homenaje y cuatro torreones almenados, desde donde avistar el increíble paisaje.

Unas vistas increíbles desde los castillos de Ciudad Real

Mención merece el Santuario de la Virgen de Peñarroya, patrona de las localidades de Argamasilla de Alba y La Solana, así como las pinturas del camarín de la Virgen, y un retablo barroco.

Hay que recordar que también forma parte del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, constituyendo su entrada al mismo.

 

6. El Castillo de Alarcos, es otra parada obligada, que constituye en la actualidad uno de los conjuntos arqueológicos más espectaculares de Castilla-La Mancha, debido a su extensión y a la importancia de sus restos ibéricos y medievales.

En el término municipal de Ciudad Real, se construyó sobre una plataforma artificial, el castillo irrumpe en lo más alto del cerro.

Su planta rectangular cuenta con nueve torres, siete, cuadradas y dos, pentagonales. Esta fortaleza fue ocupada por íberos, romanos, visigodos y árabes.

Uno de los capítulos más importantes fue la gran Batalla de Alarcos contra los almohades, de la que Alfonso VIII huyó herido. Concretamente, tuvo lugar en la llanura que hoy se extiende entre Alarcos y Poblete.

Los trabajos arqueológicos permitieron recuperar una parte importante de los restos de la Batalla de Alarcos, que constituyen un conjunto único en Europa.

 

7. El Castillo de Pilas Bonas en la localidad de Manzanares es la siguiente parada. Este castillo permaneció oculto en el casco urbano de Manzanares durante más de un siglo.

Declarado Monumento de Interés Histórico-Artístico, lo podemos encontrar en la Plaza de San Blas de dicha localidad. Se trata de una fortaleza recuperada para el disfrute del viajero, enclavada en un punto estratégico, ideal para descubrir la Ruta del Quijote.

Diversos historiadores coinciden en que debió construirse en torno al año 1239, después del deslinde de los territorios de las Órdenes de Santiago y Calatrava.

En él fue donde se establecieron los caballeros de la Orden de Calatrava, convirtiéndose en la sede de la Encomienda de Manzanares.

Se utilizó como cuartel general de las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia, y de fortín acuartelado para el ejército cristiano que luchaba en la Guerra Carlista.

 

En la actualidad, es una hospedería con mucho encanto, donde el viajero puede parar, descansar y disfrutar de La Mancha.

8. El Castillo de Montizón es la siguiente fortaleza. Ésta la encontramos junto al río Guadalén, a unos nueve kilómetros de Villamanrique. 

Una fortaleza soberbia de época medieval.  Para su construcción se aprovechó el corte vertical que presenta la rocosidad del cerro en el que está, sobre las aguas del río, foso natural en su lado este, debajo, justamente de la torre del Homenaje.

Este castillo controlaba uno de los caminos que desde Montiel llevaban hasta Jaén. La Vía Hercúlea o Augusta transcurría por aquí, que desde Cádiz conducía hasta la Tarraconense y Roma.

Fue testigo de las luchas civiles entre las familias del Condestable Miguel Lucas de Iranzo, partidarios de Enrique IV, y los Manrique, defensores del infante Alfonso. Aquí vivió Jorge Manrique con su esposa y  en él escribió algunas de sus obras, como “Castillo de amor”.

En el siglo XVII comenzó un claro proceso de decadencia a su no funcionalidad. Cuenta con cuatro recintos sucesivos, donde la torre del Homenaje, destaca y constituye por sí sola un verdadero castillo, al contar con planta baja y otras dos alturas y alzarse sobre una superficie de más de 500 metros cuadrados.

9. El Torreón Palacio del Gran Prior de los Hospitalarios de Alcázar de San Juan, no podemos dejar de mencionarlo. Fue residencia del Gran Prior de la Orden de San Juan de Jerusalén, y uno de los edificios militares mejor conservados de la provincia.

Se trata de un imponente edificio exento que se construyó a pocos metros de la muralla, de la que queda un cubo. Data del siglo XIII aunque tiene reformas de siglos posteriores.

Destacan sus ventanales góticos y sus diferentes pisos abovedados.

Alcázar fue reconquistada a los almohades por el rey castellano Alfonso VIII que la dona a esta Orden. Inicialmente pasó a llamarse Alcázar de Consuegra, debido a que dependía de este núcleo.

Posteriormente en 1292 Sancho IV concede al Alcazar de San Juan el título de villa, por nacer en ella su hijo Fernando IV.

Apasionante visita, ¿verdad?...un magnífico paseo por una parte de nuestra historia, La Edad Media. Época de intrigas, batallas, caballeros y princesas...y que por un momento nosotros hemos vivido tras las murallas de estos castillos, una auténtica belleza y privilegio tener todo esto tan cerquita. 

Pronto os acercaremos a más castillos de Castilla La Mancha